Datos:
Títulos que conforman esta trilogía:
1. Siega.
2. Nimbo.
3. Trueno.
Autor: Neal Shusterman.
Editorial: Nocturna Ediciones.
Año de publicación del primer tomo: 2017.
Sinopsis:
Antes, las personas morían por causas naturales. Existían asesinos
invisibles llamados enfermedades, el envejecimiento era irreversible y se
producían accidentes de los que no se podía regresar.
Ahora, todo eso ha quedado atrás y sólo perdura una verdad muy
simple: la gente tiene que morir. Y esa es la tarea de los segadores. Porque en
un futuro donde la humanidad controla la muerte, ¿quién decide cuándo y cómo
sembrarla?
Citra y Rowan acaban de ser seleccionados como aprendices de
segadores. ¿Su objetivo? Superar las pruebas de su mentor, sean las que sean.
Aunque en el proceso renuncien a todo lo que les hace humanos.
Mi opinión:
¡Good morning por la mañana!
Y para iniciar con buen pie, les traigo la reseña de una trilogía
buenísima, que me mantuvo pegada a sus páginas hasta el final.
La narrativa está en tercera persona y, curiosamente, las
descripciones de las indumentarias así como de los aspectos físicos de los
personajes son muy importantes. Y es que una no se imagina cuánto peso tendrán
estas descripciones a lo largo de la novela, descripciones las cuales son muy
ligeras, en general la lectura de los tres libros me pareció fácil de llevar y
de entender, sobre todo tratándose de una novela futurista.
Los personajes están muy bien construidos, me gustó que dentro de
los segadores podemos apreciar a personas de todo tipo, tanto blancas como
negras y, por supuesto, aquellas cuyos matices de grises van evolucionando a lo
largo de la historia.
Y la trama…lo que comienza siendo una obra juvenil se va
complicando, transformando en algo más adulto y abordando temas más serios,
temas como la muerte, la verdadera justicia, la venganza y si el bien o mal
dentro de una persona nace con ella o se adquiere según las experiencias que
esta viva. El único pero que hay respecto a la ciencia ficción que se nos
plantea es que la novela cuenta con pequeños fallos científicos, tales como el
uso de rayos láseres (los cuales no son factibles según como se plantean en el
libro) y que uno de los segadores use una túnica de oro. No de color oro ni
bordada con hilos de oro, sino hecha de oro. Es lo malo de escribir ciencia
ficción, el autor debe asegurarse de que sus avances tecnológicos sean posibles
o tengan un sustento científico que los respalde. A mí en lo personal no me molestaron
estas inconsistencias, ya que no soy exigente en ese aspecto (de hecho no lo
habría notado si una amiga no me hubiera hecho la corrección), pero seguro
habrá lectores más exigentes a los que no les parezca estos detalles.
Una trilogía con temas que me hicieron reflexionar y con personajes
que se quedaron en mi corazón.
¿Y ustedes? ¿Habían oído hablar de los segadores? ¡Tecleen!
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